miércoles, 14 de enero de 2009

Las Rimas de Gustavo Adolfo Bécquer

Las Rimas de Bécquer (Gustavo Adolfo Domínguez Bastida)


La primera recopilación que hizo Bécquer de su poesía la llamó El Libro de los Gorriones. Pero este manuscrito, que entregó, ya compuesto para su publicación, a su amigo y protector Luis González Bravo, político conservador y ministro de Gobernación de Isabel II, desapareció en el incendio del palacio del amigo en las revueltas de la Revolución de la Gloriosa (1868), que acabó con el destierro de Isabel II (Gobierno del general Prim, reinado de Amadeo de Saboya, y I República)


En 1871, a los pocos meses de la muerte de Bécquer, sus amigos publican sus rimas , recogiéndolas de los periódicos en donde se habían publicado o en el nuevo manuscrito del poeta, que había intentado reproducir de memoria el libro de rimas que se había perdido en 1868. Este nuevo manuscrito, un cuaderno, se encuentra en la Biblioteca Nacional.

Las Rimas están compuestas por 76 poemas breves, de métrica variada con rima asonante casi siempre, que forman, en realidad, un solo poema de amor, en los que el poeta habla de sí mismo y de su vida interior. . Las Rimas son como una autografía sentimental, donde el poeta nos expresa los sentimientos de emoción, tristeza y dolor desde el momento en el que el amor aparece hasta el momento de abandono y soledad, en el que sólo pervive el recuerdo.

El orden de las rimas establecido por sus amigos no corresponde al dado por el poeta en El Libro de los Gorriones. No se sabe, además, el orden en el que éste las escribió. La publicación de 1871 se estructura en torno a cuatro series temáticas: la poesía, el amor, el desengaño, y el sentido de la existencia y la muerte:

Primera serie (reflexión sobre la poesía): IV, VII, XI
Segunda serie (la exaltación amorosa): XIII, XVI, XVII, XX, XXI, XXII, XXIII
Tercera serie (el desengaño): XXX, XXXVII, XXXVIII, XLI
Cuarta serie (el sentido de la existencia, sentimiento de dolor y angustia, y la muerte): LII, LIII

Para Bécquer, la poesía se encuentra en la belleza, tanto en la de la naturaleza como en la de la mujer, concebida con cierta espiritualidad; en lo inalcanzable, y en lo misterioso e inexplicable racionalmente.

El amor es un tema central que se expresa de distintas formas. Con frecuencia, los poemas están escritos en 1ª persona (el poeta habla de sí mismo) y en 2ª (se dirige a un tú, la mujer, como si de una conversación o de una carta se tratara).
El amor se presenta como armonía y plenitud, como experiencia de un orden perfecto en el que no hay separación ni límites, sino unión: del individuo con la naturaleza, de las realidades con los deseos, del mundo con Dios. Bécquer idealiza el amor, que da sentido a nuestra existencia, valorando el amor imposible, lo inalcanzable, lo etéreo. La mujer de sus poemas puede identificarse con algunas damas que se relacionaron con el poeta, como Julia Espín o su hermana Josefina.

El amor y la poesía dan sentido a la existencia. Pero en algunos poemas las preguntas sobre el sentido de la vida se formulan y responden de modo más explícito.

Estructura de las Rimas

Bécquer sigue a la vez la tradición de la poesía popular y culta. Compone versos de arte mayor (10,11 y 12 sílabas) y de arte menor (5, 6, 7 y ocho sílabas) Unas estrofas se construyen con endecasílabos y heptasílabos y otras con octosílabos; pero los versos de 11 sílabas y 7 son los preferidos del poeta. Utiliza también el pié quebrado, con el que da a sus poemas breves un ritmo muy apropiado y personal, relacionado con el tema y el tono del poema. La rima suele ser asonante, por ser más leve, más imperceptible y más sugerente, además ésta está estrechamente ligada a las formas populares y tradicionales que dominan en sus poemas.

Sus rimas son composiciones breves, de forma popular, tomadas de la tradición de la poesía castellana y germánica, las baladas, y de la poesía romántica alemana, caracterizada por su brevedad, musicalidad e intensidad (Schiller, Heine y Rückerte). También podemos relacionar estas composiciones con la música vocal de Schubert y Schusmann.

Son también características las estructuras paralelísticas, y las construcciones antitéticas y adversativas. La repetición de estructuras sintácticas acentúa en el lector una sensación de entusiasmo o abatimiento e intensifica la emoción.

Las antítesis y las estructuras adversativas expresan una contradicción esencial en las rimas: el YO frente al TÚ, la inspiración frente a la razón, la luz frente a la oscuridad.


Siguiendo las huellas de la balada germánica, la poesía de Bécquer tiene una forma aparentemente dialogada donde las palabras YO y TÚ alcanzan el máximo índice de frecuencia. El sujeto Yo es el constante emisor del mensaje poético. Y partiendo de ese Yo omnipresente, el poeta se dirige constantemente a un TÚ presente en el contexto, pero sin presencia, ausente del contexto espacial del mismo. Es en realidad un monólogo que destila incomunicación, soledad, salvo el ejemplo de la rima 21 que constituye, tal vez por ese motivo, la más esperanzadora del libro.
El fracaso de la esperanza de identificación amorosa convierte en entidades antagónicas el TÚ y el YO, proyectándose diversos aspectos formales y conceptuales. En un nivel estructural , el señalado dualismo becqueriano puede analizarse como en el reflejo en la forma de esa sensación, tan del poeta, de una imposibilidad de comunicación con el TÚ de la amada o con la misma poesía con la que a veces se identifica.

Muchas rimas terminan con una expresión muy breve o una exclamación, que nos dan a entender que sabe callar a tiempo en el momento más alto de la emoción. Otras terminan con una explicación de imágenes previas o con una frase sentenciosa en las que prevalece el clima emocional creado en las estrofas anteriores.

El lenguaje poético

Bécquer busca la esencialidad en el lenguaje y huye de una excesiva retórica. Son frecuentes las figuras de repetición sintáctica (anáforas, bimembraciones, paralelismos); los hipérbatos; los epítetos y las anteposiciones de los adjetivos para acentuar las emociones; y la variedad de la entonación (exclamaciones e interrogaciones). También son frecuentes las imágenes sensoriales: sonido, vista, tacto, movimiento. Las más frecuentes son las referidas a la luz y al movimiento, que expresan la animación del mundo y la de la propia poesía. La luz se identifica también con la mujer y el amor, con aquella plenitud que sintió y recuerda.

Contexto literario

Cronológicamente, Bécquer pertenece al período postromántico, en la época en la que en España dominaba el Realismo. Su obra, sin embargo, representa una evolución del movimiento romántico. Sus temas predilectos--el amor, la magia, el exotismo, la Edad Media--muestran su entronque con el Romanticismo, pero sus versos carecen del tono rimbombante y del sentimentalismo exagerado generalmente asociados con el Romanticismo. En sus 28 "leyendas" se observan varios rasgos románticos, como los temas del amor imposible, la soledad y la miseria, el tono misterioso y el interés en lo sobrenatural, lo exótico y lo costumbrista. El paisaje, que apenas existe en las Rimas, adquiere un énfasis especial en las Leyendas. Pero en ambos géneros, el mundo exterior no existe sino en relación con el alma del autor.
Para Bécquer, el poema es un vehículo mediante el cual intenta comunicar una belleza inefable e ideal, como indican sus versos famosísimos "Puede no haber poetas, pero siempre / habrá poesía." La musicalidad y aparente sencillez formal de sus versos radican en el interés que tenía Bécquer en la nueva lírica alemana, sobre todo en la de Heine, cuya obra había sido traducida al español por dos amigos de Bécquer, Augusto Ferrán y Eulogio Florentino Sanz. El lirismo intimista y la síntesis de métrica y contenido afectivo que se observan en la poesía de Bécquer son una herencia directa de su lectura de Heine. Bécquer rechazó todo artificio retórico, porque quería que la forma de sus versos naciera de su contenido, y que la inspiración y la razón se encadenaran en ellos. Para Bécquer, el poema representaba "la memoria viva" del sentido: "escribo como quien copia de una página ya escrita; dibujo, como el pintor que reproduce el paisaje que se dilata ante sus ojos y se pierde entre la bruma de los horizontes."

La poesía simbolista y sumamente subjetiva de Bécquer influyó notablemente en la obra de muchos de los poetas del siglo XX, como Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez, Pedro Salinas, Rafael Alberti y Luis Cernuda. Los modernistas del siglo XX vieron en la obra de Bécquer un modelo para su propia poesía.

lunes, 12 de enero de 2009

Las Leyendas de Bécquer


Las Leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer

Las Leyendas son narraciones breves a las que su autor, mezclando elementos reales con situaciones imaginarias, traslada sus ilusiones y sus desengaños, su visión romántica del amor y de la creación artística. Esto se puede apreciar en una serie de características que podemos considerar comunes a los distintos relatos:

· Espacio: Bécquer prefiere las ciudades antiguas (Soria, Toledo, Sevilla), los viejos castillos, templos y monasterios, las ruinas abandonadas, lugares propicios para la imaginación o el misterio.

· Tiempo: En casi todas las Leyendas el hecho culminante ocurre de noche. La época es siempre el pasado, preferentemente la Edad Media. Así ocurre por ejemplo en El rayo de luna, El Monte de las Ánimas, Los ojos verdes o La corza blanca. Las más cercanas en el tiempo son El Miserere, cuya acción principal se desarrolla en el siglo XIX, y El beso, que se sitúa durante la ocupación francesa en la guerra de la Independencia.

· Personajes: Los protagonistas de las Leyendas son casi siempre jóvenes enamorados impulsivos e imprudentes, y damas hermosas pero perversas. Un ejemplo de personaje masculino puede ser el Fernando de Los ojos verdes, que termina arrastrado a la muerte por su propia pasión. Beatriz, la protagonista de El Monte de las Ánimas, es un ejemplo de esa mujer de belleza ideal pero que acarrea la desgracia de su enamorado.

· Elementos fantásticos: en todas las Leyendas hay un momento culminante en el que ocurre un prodigio, un hecho maravilloso que rompe la normalidad. En ocasiones este prodigio tiene un carácter sagrado, como en El Miserere o en Maese Pérez el organista; otras, se basa en creencias populares o supersticiones: lagos encantados (en Los ojos verdes), muertos vivientes (en El Monte de las Ánimas, o El Miserere), etc. En todos los casos el protagonista es el misterio, la confusa frontera entre la realidad y la imaginación.

· Los desenlaces son siempre trágicos, consecuencia de una conducta imprudente o de haber transgredido una prohibición. Así, Manrique, el protagonista de El rayo de luna, pierde el juicio víctima de su propia obsesión por un amor ideal; o el capitán francés de El beso muere por atreverse a profanar un lugar sagrado, lo mismo que les ocurre a Beatriz y Alonso en El Monte de las Ánimas, etc.


Temas


En las Leyendas se plasman los grandes temas de Bécquer: la lucha entre el ideal y la realidad, que se refleja en el tema del amor imposible (El rayo de luna, Los ojos verdes...) y en el tema de la creación artística, que aparece en Maese Pérez el organista y en El Miserere.


El amor, fuerza motriz del universo, energía cósmica y móvil de la acción, que desencadena el desenlace, es el tema principal en la mayoría de las leyendas. En alguna, la intensidad subyugadora del amor se convierte en el motivo de la trasgresión, impulsada por la fuerza irresistible del amor, cuyo castigo es la muerte o la locura de los protagonista, que están destinados a sufrir un final trágico o a veces, cómico grotesco (El Cristo de la calavera), o bien como un elemento protector frente a los peligros exteriores (La promesa) En otras, cuando el amor se mezcla con la religión, adquiere capacidad regeneradora y sirve de redención.
La búsqueda del ideal, búsqueda de la belleza inaprensible, de la emoción poética intuida, de la forma anhelada. Después, la realidad se encargará de desnudar la fantasía de la imaginación. La búsqueda del ideal se vincula externamente con la belleza femenina, bajo cuya forma y figura subyace un impulso de índole estética (Los ojos verdes, El rayo de Luna). A veces, el ideal cristaliza en un logro artístico (Maese Pérez el organista); pero en otras, queda de manifiesta la imposibilidad de plasmar en lenguaje concreto la emoción y la intuición estética.
La mujer aparece en muchas leyendas como referente de belleza –ideal estético- , como símbolo soñado de la perfección artística (Los ojos verdes, El rayo de luna). La mujer se manifiesta como algo incorpóreo y perfecto, que sólo puede rozarse con las alas del sueño. Cuando la mujer aparece como algo diabólico, está definida con rasgos negativos: capricho, frivolidad, coquetería; inductora de las transgresiones (El monte de las ánimas). Aunque goza de hermosura, la mujer carece de rasgos concretos.
El misterio y lo sobrenatural aparece en muchas leyendas. El miedo llega en algunas a lo terrorífico (El monte de las ánimas). En El monte de las ánimas, la repetición de ciertos elementos acústicos va configurando un clima gradualmente dominado por el terror.


Estructuras de las leyendas

Las Leyendas se organizan en tres tipos de estructuras:

a) tentación-pecado-castigo
b) estructura de anticipaciones.
c) actualización de contenidos.

a) La tentación se centra en la mujer, que ofrece la recompensa de su amor para satisfacer un capricho o una veleidad. El pecado o la transgresión se concreta en la consecución del objeto del deseo o en el propio objeto en sí.: banda, guantes… (El monte de las ánimas) El castigo presenta diversos grados o formulaciones: locura, vergüenza, muerte.

b) En la estructura de anticipación, un narrador en tercera persona – el propio autor u otro narrador-, al principio de su intervención, nos anticipa un acontecimiento histórico- legendario que tiene que ver con el tema central del relato, mezclándose elementos ambientales y sobrenaturales. Bécquer prenuncia el tema narrativo principal, las claves de un contenido que más tarde se desarrollará con mayor amplitud. (El miserere).

c) En la actualización de contenidos, a cada momento del eje temporal, le corresponde un contenido narrativo distinto. La progresión narrativa viene marcada por las actualizaciones de contenidos. Los intervalos temporales varían en cada relato. El tiempo es crucial protagonista y eje vertebrador de los contenidos relatados (Maese Pérez el organista).



Técnica narrativa y estilo

Las Leyendas van encabezadas con prólogos de ficción en los que Bécquer manifiesta que actúa como simple transmisor de informaciones orales, simple cronistas de historias oídas (Narrador omnisciente, narrador-historiador) Estos prólogos atraen la atención del lector y dan verosimilitud legendaria al relato.
En algunas leyendas, el autor incluye un apéndice final, que pretenden atar algunos cabos sueltos y explicar contenidos externos al relato.
Abundan escenas narrativas que se acercan a la narración cinematográfica, de ritmo ligero y de brillante colorido. También son frecuentes diálogos y monólogos escenificados (escenas teatrales).
Los episodios narrativos y descriptivos están referidos a algún determinado momento del día o de la noche, preferentemente la medianoche y el crepúsculo. Son también importantes los matices cromáticos y plásticos del alba y del atardecer. La medianoche representa lo mágico. La noche corresponde simbólicamente al dominio del mal; en cambio, en el atardecer y en el alba se origina lo maravilloso.
El lenguaje que utiliza Bécquer es plástico y musical (sustantivos y adjetivos que aluden al mundo sensorial: oído, vista, olfato, tacto). Como recursos literarios utiliza los tropos. Metáforas, comparaciones, metonimias, elipsis. También utiliza prosopopeyas, aliteraciones y onomatopeyas para reproducir los sonidos en las descripciones sensoriales.




Pautas para la lectura y el análisis de las Leyendas de Bécquer


1. Analizar en cada Leyenda:

1.1. La época histórica en la que se localiza la acción.
1.2. El tiempo de la acción: día, noche... invierno, verano...
1.3. El espacio: comprobar si se trata de lugares reales o imaginarios, si predomina un determinado tipo de escenario.
1.4. Los personajes: identificar principales y secundarios; analizar los personajes principales, masculinos y femeninos, de acuerdo con sus rasgos físicos, su conducta y su carácter.
1.5. La estructura narrativa: comprobar si responde al esquema clásico: planteamiento, nudo y desenlace.
1.6. El narrador: tipo de narrador y punto de vista.
1.7. Elementos fantásticos:
· Determinar qué elemento sobrenatural o fantástico rompe la “normalidad” de lo real en la leyenda.
· Analizar los recursos que utiliza el autor para crear un ambiente de misterio, miedo o terror.
1.8. Los temas: determinar los que son más importantes en cada relato, y relacionarlos con la temática propia del romanticismo.

2. Actividades globales sobre las Leyendas:

2.1. Los elementos sobrenaturales: ¿qué situaciones fantásticas son las más frecuentes en las Leyendas?
2.2. ¿Qué tiempo histórico predomina en la localización de las Leyendas? ¿Por qué crees que lo ha elegido el autor?
2.3. ¿En qué parte del día transcurre la mayoría de las Leyendas? ¿A qué lo atribuyes?
2.4. ¿Qué imagen de la mujer ofrece Bécquer en estos relatos?
2.5. ¿Cómo son los protagonistas masculinos?
2.6. ¿Qué tipo de paisaje predomina en las Leyendas? Relaciónalo con el concepto de la naturaleza propio del Romanticismo.
2.7. Varias Leyendas narran la violación de un lugar sagrado o prohibido. ¿En cuáles ocurre esto? ¿Cuál es la consecuencia, para el o la protagonista?